Vergonya

Se cubre con delicadeza, como si su piel guardara secretos que solo el viento debería conocer. Sus manos trazan un escudo sobre su cuerpo, no por temor, sino por la dulce vulnerabilidad de quien aún no ha descubierto su propia luz.

Su mirada baja, no porque quiera desaparecer, sino porque en su mundo interior habitan sueños y pensamientos que aún no está lista para compartir. Hay un rubor suave en su rostro, una tímida confesión de emociones que florecen en silencio.